UNO AL AÑO NO HACE DAÑO
En los últimos años el
cine colombiano ha mejorado en gran
medida sus historias, pasando del narcotráfico a la cotidianidad de las personas en nuestro país y es el caso de la producción
cinematográfica “UNO AL AÑO NO HACE DAÑO”, una película que muestra la vida de
una familia y su relación con el licor.
La trama consiste en un
documental, en el cual se quiere mostrar si Colombia es un país de “chupadores”
(bebedores de licor) o no, y para lograr este objetivo un par de jóvenes conviven
con una familia durante algún tiempo, para estudiarla y registrar su
comportamiento cuando estos consumen licor. Todo esto sucede en un barrio al
sur de la ciudad de Bogotá, llamado Las Delicias y su protagonista es el líder del
barrio Álvaro Rodríguez, toda su familia y algunos amigos. La transformación
que sufren estos personajes después de consumir licor, es apenas una muestra de
la cotidianidad colombiana; que a través de las divertidas anécdotas que
suceden en el bautismo, la primera comunión, el cumpleaños, la fiesta de quince
años, el grado, la boda; muestra la realidad y la cultura nuestra con relación
al alcohol.
La película es divertida y
sus personajes son pintorescos; resaltando unos más que otros. Es el ejemplo de
Pilar, la esposa del líder del barrio; quién tuvo un protagonismo durante varias
escenas: primero, nos da la certeza de ser un personaje ajeno al licor y quién
de alguna manera, es la persona que controla las situaciones que le suceden a
su familia cuando beben alcohol. Pero al final nos sorprende con el baile
moderno, que le dedica a su esposo y que se anima a realizar, después de haber
tomado algunos traguitos; sin duda es el personaje que más me llamo la
atención.
La historia es buena. Creo
que faltaron temas por desarrollar, como por ejemplo el caso del compañero de trabajo de Álvaro; quién se
encontraba en un lugar con su novia, listo para celebrar algo, él se toma un
trago y al final no supimos que pasó con su historia y así mismo no supimos que
pasó con el tema del licor adulterado que se toca sutilmente cuando sucede la
fiesta de la empresa. Nos quedan vacíos al ver la película; pero en general es
divertida.
Con relación a la cultura de
los chupadores, pienso que también les falto ser incluyentes con todas las
regiones; pues si hablamos de Colombia, es un país que tiene muchas culturas y
en la película solo pudimos ver los personajes del interior y a los costeños;
entonces creo que faltó incluir otras regiones, que podrían haber sido
representadas a través de los diferentes personajes que allí aparecen.
En general es una película que
recomiendo ver, para salir un poco de la cotidianidad, reír al ver tantas
escenas que son familiares y que nos suceden a todos en estas fechas especiales.
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